Todo comenzó el 3 de octubre, cuando un empleado del hospital Felipe Heras, en Concordia, realizó una transferencia de $7.500.000 que debía llegar a un proveedor del establecimiento. Sin embargo, el dinero fue enviado a la cuenta equivocada. El error fue descubierto ocho días después, cuando el hospital advirtió que el proveedor nunca había recibido los fondos.

Ante esta situación, el empleado presentó una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal, lo que puso en marcha una investigación intensa para localizar al beneficiario de la transferencia. A través del seguimiento bancario, la fiscalía identificó al hombre que recibió el monto, pero al momento del allanamiento, solo quedaban $150.000 del total transferido.

Con autorización del Juez de Garantías Ives Bastian, las autoridades procedieron a allanarle la vivienda. En el operativo secuestraron seis celulares, dos notebooks, $427.300 en efectivo y un Chevrolet Celta recién adquirido. Además, se encontraron dos boletos de compraventa vinculados al vehículo, lo que confirmó que parte del dinero fue utilizado para la compra del auto.

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Según la investigación, el hombre de 45 años, cuya identidad se mantiene en reserva, también habría realizado transferencias a familiares poco después de recibir los fondos. El banco beneficiario había intentado embargar la cuenta, pero el dinero ya había sido gastado o transferido, complicando la recuperación total del monto.

Ahora, la Justicia deberá determinar si el beneficiario actuó de mala fe, sabiendo que el dinero había llegado por error, o si existió alguna negligencia al gastar los fondos sin aviso. El fiscal a cargo del caso continúa recolectando pruebas, mientras se analizan los movimientos bancarios y las transferencias a familiares.

Con información de TN, bajo supervisión y edición de un periodista de ADNSUR.