El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que ocupa el puesto de mayor rango de la Iglesia de Inglaterra, renunció este martes a su cargo lamentando no haber actuado ante las acusaciones de abusos cometidos por un voluntario en campamentos de verano cristianos hace décadas.

Welby se encontraba cuestionado tras publicarse la pasada semana un informe que revelaba que la Iglesia de Inglaterra no había tomado las medidas suficientes para detener a un abusador en serie.

El informe independiente encargado por la Iglesia de Inglaterra criticaba a Welby por no tomar medidas más contundentes ante la denuncia de diversos casos de abuso cometidos desde los 70 por John Smyth, un abogado británico que según la información publicada había sometido a más de 100 niños y jóvenes a abusos físicos y sexuales “brutales y horribles” durante un período de 40 años.

Smyth había servido como voluntario en campamentos cristianos de verano en Inglaterra. Luego se mudó a África en 1984 y continuó cometiendo abusos hasta cerca de su muerte en 2018, según el informe.

La Iglesia de Inglaterra conocía las acusaciones de abuso sexual en los campamentos en 2013 y Welby se enteró de las acusaciones ese mismo año, meses después de convertirse en arzobispo, según el informe. Si las acusaciones se hubieran denunciado a la policía en 2013, podría haberse realizado una investigación completa y Smyth podría haber enfrentado cargos antes de morir, según el informe. El Informe Makin se encargó en 2019.

Welby se disculpó por “fallas y omisiones”, pero dijo que “no tenía idea ni sospecha” de las acusaciones antes de 2013. El informe concluyó que esto era poco probable y lo acusó de fallar en su “responsabilidad personal y moral” de garantizar una investigación adecuada.

En su carta de renuncia, Welby explica que debe asumir “responsabilidad personal e institucional” por la falta de acción sobre los “atroces abusos”.

“Los últimos días han renovado mi sentido de vergüenza profunda y prolongada por los históricos fracasos en la protección de la Iglesia de Inglaterra”, dijo Welby.

“Espero que esta decisión muestre cuán seriamente la Iglesia de Inglaterra entiende la necesidad de cambio y nuestro profundo compromiso con la creación de una iglesia más segura. Al renunciar, lo hago con pesar junto a todas las víctimas y sobrevivientes de abusos”, expone en una breve carta el arzobispo de Canterbury.

El arzobispo de York, Stephen Cottrell, el segundo clérigo de mayor rango de la Iglesia, calificó la renuncia de Welby como “la decisión correcta y honorable”.

Justin Welby deja su cargo tras un período marcado por la división interna que atraviesa a la Comunión anglicana en todo el mundo, en el debate que se está desarrollando con respecto a la aceptación del matrimonio homosexual que ha abierto una brecha profunda.

Los principales desafíos de su sucesor incluirán mantener unida a la cada vez más dividida comunidad anglicana mundial e intentar revertir la disminución de la asistencia a la iglesia, que ha perdido a una quinta parte de sus asistentes en Gran Bretaña desde 2019.