Cincuenta cristianos fueron atacados durante un servicio dominical en el estado de Rajastán, al oeste de la India, cuando un grupo de unas 200 personas irrumpieron en una iglesia de la ciudad de Bikaner.

Varios asistentes resultaron heridos tras ser golpeados con barras de hierro. Los agresores destrozaron la propiedad antes de que llegara la policía.

El pastor de la iglesia, que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, dijo que un nuevo miembro había asistido al servicio ese día y fue visto enviando mensajes minutos antes de que la multitud ingresara a la iglesia, momento en el que salió corriendo del edificio.

Según medios internacionales, los atacantes se marcharon apresuradamente cuando llegó la policía al lugar. Después del suceso, las autoridades interrogaron a los cristianos heridos. Acusaron a algunos creyentes de ejecutar conversiones forzosas.

Fue reseñado posteriormente que tanto el pastor, su esposa y a algunos otros miembros de la congregación fueron escoltados hasta la comisaría de policía de Mukta Prasad, donde se examinaron las acusaciones, sin embargo, no se aportaron pruebas incriminatorias.

Los miembros de la iglesia decidieron no presentar una denuncia alegando temor a represalias.

El ataque ocurrió semanas después del anuncio de un Proyecto de Ley ante la asamblea legislativa del estado en esta zona que prohíbe “las conversiones” a otras religiones.

Si se aprueba, las personas que quieran convertirse voluntariamente deberán presentar una solicitud a un magistrado de distrito con 60 días de antelación.

Toda conversión que se determine que es forzada se considerará un delito que no da derecho a fianza y que podría dar lugar a una multa importante y hasta a 10 años de prisión.

La legislación propuesta también trasladaría la carga de la prueba a aquellos acusados de obligar a alguien a cambiar de fe.

Doce de los 28 estados de la India aplican leyes contra la conversión, según la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos. La medida propuesta en Rajastán sigue una tendencia que incluye las enmiendas de 2024 en Uttar Pradesh, donde se modificó una ley contra la conversión existente para imponer sanciones más severas.

Estas leyes se han promulgado principalmente en estados gobernados por el Partido Nacionalista Hindú Bharatiya Janata.

En diciembre pasado, más de 400 cristianos y 30 grupos religiosos, incluidas varias convenciones, consejos y asociaciones bautistas, enviaron una carta al presidente Draupadi Murmu y al primer ministro Narendra Modi, texto que pedía una intervención contra las turbas violentas que han atacado a los cristianos y a otras minorías religiosas.

Los firmantes declararon que los creyentes en varias partes de la India han sufrido agresiones e intimidación.

Los datos de un grupo con sede en la India, el United Christian Forum, muestran un aumento de los ataques contra las comunidades cristianas durante la última década. El grupo, que gestiona una línea de ayuda, registró 127 incidentes en 2014 y 834 en 2024.