La Ley de Servicios de Aborto del 2024 en Escocia podría dar lugar a enjuiciamientos para las personas que, en zonas designadas (incluyendo sus hogares) realicen oraciones u otra acción que cause “acoso, alarma o angustia” al personal y a los pacientes de las clínicas abortistas.

Los residentes de Edimburgo recibieron cartas advirtiéndoles sobre la nueva ley, según informó The Telegraph, señalando que la legislación establece “zonas de acceso seguro” de 200 metros alrededor de todas las clínicas de aborto en el país.

Una carta enviada a los residentes de una zona de Edimburgo decía: “Las actividades en un lugar privado (como una casa) dentro del área entre las instalaciones protegidas y el límite de una zona podrían ser un delito si pueden verse u oírse dentro de la zona y se realizan de manera intencional o imprudente”.

Las infracciones menos graves podrían resultar en multas de hasta £10.000 (13.000 dólares), mientras que las infracciones más graves podrían acarrear una multa ilimitada, según la carta.

Michael Robinson, director ejecutivo de la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos, calificó la legislación de “siniestra y profundamente orwelliana”, sugiriendo que esto podría incluir a “alguien que ora en silencio en el jardín delantero de su casa”.

Una residente de Edimburgo compartió su sorpresa al recibir la carta. Según medios internacionales, expresó: “Como cristiana, oro todo el tiempo”, dijo. “Pensar que esto ahora podría ser un delito penal, incluso en las inmediaciones de mi propia casa, es realmente increíble”.

La guía del gobierno escocés que acompaña a la ley enumera la “predicación religiosa” y las “vigilias silenciosas” como ejemplos de actividades que podrían prohibirse si se realizan con “intención o imprudencia”, reseñó  GB News.

Un portavoz del gobierno escocés defendió la legislación: “Las zonas de acceso seguro están diseñadas para salvaguardar el derecho de la mujer a acceder a la atención sanitaria. La legislación que las crea intencionalmente no criminaliza ningún comportamiento en particular, incluida la oración”.

Sin embargo, los activistas pro vida temen que orar dentro de estas zonas pueda considerarse un delito, especialmente después de los arrestos de algunas personas acusadas de acoso y violaciones del orden público en Inglaterra e Irlanda del Norte.

Andrea Williams, directora ejecutiva de Christian Concern, dijo que su grupo monitorearía la aplicación de la legislación sobre zonas de amortiguación en toda Gran Bretaña.

El Instituto Cristiano, con sede en el Reino Unido, señaló que, según la Ley Escocesa, las personas se arriesgan a una multa ilimitada por distribuir literatura pro vida a menos de 200 metros de un centro de abortos, hablar con alguien sobre el aborto u orar en silencio.

Reiteraron que la ley prohíbe la conducta que busque influir en “la decisión de otra persona de acceder, proporcionar o facilitar” un aborto.